En ocasiones, se opta por evitar definir la cultura debido a que parece ser un concepto muy complejo. Sin embargo, como parte del esfuerzo de las ciencias sociales para entender a la sociedad, se requiere encontrar una definición con criterios claros y concretos que permitan estudiar la complejidad. La cultura es un ejemplo, la cual puede definirse como:
Patrones explícitos e implícitos derivados históricamente y una selección de ideologías y su organización como instituciones, prácticas o artefactos. Los patrones culturales pueden ser considerados como producto de la acción y al mismo tiempo como condiciones para futuras acciones. 1
¿Entendiste algo de esta definición? Probablemente no, pues es una definición con muchos elementos. Vamos a dividirla en segmentos para entenderla mejor.
Se habla que la cultura son patrones explícitos e implícitos. Esto quiere decir que sigue un modelo que se da a conocer de forma visible o que requiere nuestras capacidades de análisis, síntesis e inferencias. Es algo que a veces se ve, y a veces ocurre sin ser obvio.
Se menciona que los patrones son derivados históricamente. Es decir, necesariamente involucra el paso y registro del tiempo, la permanencia y transformación de esos patrones.
"Una selección de ideologías y su organización como instituciones, prácticas o artefactos." Quizá esta es la parte más complicada de la definición, pero se puede explicar con ejemplos. Se habla de una ideología, es decir, el conjunto de ideas, emociones y creencias que caracterizan a una sociedad o grupo. Estas a su vez se pueden manifestar como:
Instituciones: tipos de gobiernos (democracia, dictadura, monarquía) con sus correspondientes reglamentos y leyes.
Prácticas: tradiciones, religión, ritos, actividades frecuentes. Todas las conductas que "dicta" la sociedad acerca de cómo comportarnos.
Artefactos: Objetos para cumplir una función o propósito, como la tecnología.